Rosell y la Virgen de la Macarena

La virgen de la Esperanza de la Macarena es una de las más importantes de la Semana Santa sevillana. Es una pieza única, que durante el año descansa serenamente en la basílica, esperando salir al encuentro de los devotos el Viernes Santo. Sólo entonces saca sus dotes por las calles sevillanas. Aparece en cuentagotas, así su efecto es demoledor sobre los fieles.
En Can Barça, se ha decidido también optar por la discreción presidencial. Las apariciones mediáticas de Sandro Rosell se pueden contar con los dedos de la mano. Perfecto. Es la opción del club. Exagerada para algunos, pero es su decisión y se debe respetar. El estilo de Rosell queda lejos del justiciero Laporta, cómodo en todos los fregados, único ante los micrófonos. A Sandro le sacan a la calle lo más mínimo. Lo imprescindible. Y lo imprescindible, esta vez, era salir a la palestra ante las graves insinuaciones sobre dopaje. Chapeau por las maneras, por el mensaje, por la contundencia. Pero la respuesta de quien más manda llegó tarde. Rosell salió a defender a sus jugadores después que Guardiola subiera el tono de su palabras un día antes. Otra vez se demostró que es el técnico el que marca los tiempos del discurso azulgrana. Cuando estalló la sucia guerra desde Madrid, Sandro tenía que haber salido ante los medios. Ante todos, por cierto.
No me imagino a la Virgen de la Macarena salir a las calles sevillanas en pleno agosto, una vez la Semana Santa queda lejos. Si tu opción -legítima- es aparecer poco, tienes que estar acertado cuando lo haces. El presidente debe controlar los tempos, medir los momentos. Otra vez ha quedado reflejado que hoy en día es Guardiola quien teje el relato de este Barça.

Article Diari Sport (albert llimós, 24/3)

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